No necesito a Dios
No necesito a "ese" Dios de momento.
Para asombrarme, me basta con mirar arriba una noche oscura y sentir el vacío, como un precipicio más allá de cualquier imaginación, cuajado de estrellas, de mundos, de lugares asombrosos ajenos a todas las preocupaciones humanas.
Me basta sentir que, a través de mis ojos, el Cosmos se mira a sí mismo y se asombra. Y tiene miedo.
Para aterrarme me basta ir más allá del cielo, sabiendo que el fluir del tiempo se debe a mi existencia y bucear con la mente hasta el lejano origen o el frío, negro, vacío final.
¿Dónde queda la gente en todo eso? ¿Y la historia?
Pienso que sólo quedan ojos que miran. Muchos ojos por los que el Universo aprende a conocerse y es consciente. Y me quedo mudo pensando que también el mismo Todo morirá algún día después de un intervalo inconcebible (nada, al fin y al cabo comparado con la Eternidad)
Otros miran el fútbol después de ir a la Iglesia, ignorando que, si existe un alma, es porque hay que construirla día a día con cuidado. Ea.
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