Historia incógnita: La lista infinita...
La persona más inteligente de la historia se llamó Bila N´kumi.
Se estima actualmente que su nivel de inteligencia habría superado con creces todos los instrumentos de medida existentes colocándose en torno a un 350.
Según las estimaciones realizadas por algunos expertos, es posible que Bila fuese una mutación, tal vez el siguiente paso en la evolución del Ser Humano hacia una especie claramente superior.
La pequeña Bila falleció por desnutrición a los siete días de su nacimiento.
El más asombroso músico de la historia fue Arnaldo Zipuangue Martínez, nacido en la aldea de Chinchapoya (Perú) el 8 de agosto de 1992.
A los dos años podía tocar con un nivel de perfección sobresaliente cualquier instrumento musical. A los cuatro años y habiéndola escuchado una sola vez, a lo lejos en la radio de un autobús que pasaba, fue capaz de adaptar para Siku –un instrumento tradicional boliviano- la sinfonía de camera nº 2, opus 38, de Schoemberg, completando por lógica estética todas las partes que no había podido escuchar.
Dos meses más tarde compuso mentalmente su opus 1 en Re. Esta obra habría supuesto una revolución en la forma de entender la relación entre emoción y frecuencias, convirtiendo la música que conocemos en algo cercano a una fuerza capaz de provocar cambios físicos en la realidad. Estamos hablando de una energía que, hasta hoy, consideramos únicamente “un milagro” o “magia”. Esta obra podía provocar tormentas, hacer florecer árboles en pleno invierno y, según un estudio reciente, devolver la vida a los difuntos.
Arnaldo trabajó desde los seis años hasta los siete en las salinas de Chinchapoya. Jamás fue a la escuela y sus excepcionales ideas musicales nunca fueron puestas por escrito. Murió de tifus en 1999.
Valérides Satubuzno, nacido en Ribatejada (Cuenca) el 28 de noviembre de 1965 fue, con toda certeza, el más grande filósofo de la historia.
Su absolutamente increíble Hipótesis sobre las bases del Pensamiento habría revolucionado las bases de la filosofía, dotándola de un fundamento matemático sólido que la habría colocado al nivel de las ciencias exactas y sacándola del marasmo de especulaciones, argumentaciones vacuas y palabrería fácil en el que reside.
La capacidad de predicción del comportamiento humano que la disciplina habría alcanzado – a decir de algunos expertos, bastante superior a la teórica Psicohistoria postulada por el gran Asimov- habría supuesto una revolución en la comprensión científica de la ética y la moral.
Valérides Satubuzno demostró científicamente la existencia de varios dioses con argumentos incontestables acompañados de evidencias empíricas.
Charles O’Reilly (Cork, 1997 – Londres 2013) ha sido considerado el más grande poeta y dramaturgo que jamás haya existido sobre la faz de la tierra.
Murió en Londres, durante una intervención quirúrgica destinada a eliminar de su cerebro un foco de irritación de carácter epiléptico.
La lista es infinita...
no hace falta ser un genio para tener derecho a la vida, pero sí, nunca sabremos el talento que se perdió inútilmente, sin ningún motivo que se pueda confesar en voz alta, probablemente fue mucho
ResponderEliminarbesos,
Amiga Maslama: No puedo evitar en la Realidad que se perdió el día que murió Mozart. O en qué tipo de mundo sería este si Sam Cooke no hubiera sido asesinado. O cuánta belleza se desvió a otros universos cuando en éste mataron a John Lennon. Y esos sólo son los nombres que conozco... ¿Cuántos jamás llegamos a conocer?
EliminarDebo dejar de leer Ciencia Ficción... ;)